Al Ritmo de los Participantes: la experiencia de la Universidad Complutense con Wooclap

¿Y si sus formaciones pudieran ir realmente "al ritmo de los participantes"?

En la enseñanza universitaria, uno de los retos más persistentes es lograr una participación activa y sostenida del alumnado, sobre todo en entornos virtuales. ¿Cómo asegurarse de que cada estudiante sigue el ritmo? ¿De que realmente están aprendiendo? Para David Carabantes, Coordinador gestor del campus virtual y Delegado del Rector en la Universidad Complutense de Madrid, esta era una pregunta recurrente.

En una nueva edición de WooTalks, organizada por Andrea Montoliu, Directora de mercado hispanohablante de Wooclap, David compartió una experiencia inspiradora: cómo un campus con más de 6.000 profesores y más de 70.000 estudiantes empezó a usar Wooclap para dar un giro participativo a su estrategia formativa.

La clave de esta transformación: adaptarse al ritmo de los participantes.

1. De lo expositivo a lo participativo: una necesidad institucional

Durante años, las clases virtuales en la UCM habían seguido un modelo tradicional. El contenido era transmitido, pero la interacción brillaba por su ausencia. David lo resume con claridad:

"El problema era que muchos alumnos estaban conectados, pero no presentes"

Esto generó una reflexión colectiva dentro de la universidad: ¿cómo devolver la presencia real al entorno digital? ¿Cómo fomentar el compromiso del estudiante más allá de simplemente "estar ahí"?

La solución no pasaba por más tecnología, sino por una tecnología más pedagógica. Es aquí donde Wooclap entra en juego: con sus preguntas interactivas, encuestas en tiempo real y funcionalidades pensadas para la educación, se convirtió en un aliado natural del campus virtual.

2. Al ritmo de los participantes: cómo Wooclap personaliza el aprendizaje

La expresión "al ritmo de los participantes" no es solo una bonita metáfora. Para David, significa adaptar los tiempos, los contenidos y la interacción a las necesidades reales del alumnado. Y Wooclap permite hacerlo con una sencillez notable:

• Evaluación instantánea del nivel de comprensión
• Recogida de feedback en directo sobre la sesión
• Activación de debates con preguntas abiertas o nubes de palabras

"Wooclap nos da información inmediata. Sabemos si tenemos que avanzar o detenernos. Nos hace más flexibles"

Esta agilidad transforma al docente en un facilitador más que en un expositor, lo que mejora la retención y la implicación. Un cambio especialmente valorado en asignaturas densas o técnicas.

3. Una implementación masiva y orgánica en el campus virtual

Integrar Wooclap en una institución del tamaño de la UCM no era tarea menor. Pero gracias a su integración fluida con Moodle —el LMS de referencia del campus—, el proceso fue sorprendentemente natural.

Esto permitió a los formadores centrarse en lo pedagógico, sin barreras técnicas. Muchos descubrieron que podían hacer más con menos: más interacción, más participación, más aprendizaje.

Además, David destaca el bajo umbral de entrada de Wooclap: "En cuestión de minutos, cualquier profesor puede crear una actividad y ver resultados en tiempo real" (00:19:32). Esto motivó una adopción espontánea entre distintas facultades.

4. Lo que dicen los datos (y los estudiantes)

Una de las preocupaciones de cualquier institución educativa es medir el impacto. En el caso de Wooclap, la evidencia es cualitativa y cuantitativa:

• Mayor participación en sesiones síncronas
• Mejor percepción del aprendizaje por parte de los estudiantes
• Feedback positivo en encuestas internas

Además, los docentes perciben una mejora en la dinámica grupal, lo que contribuye a un ambiente más colaborativo, incluso en el entorno digital.

Conclusión: una universidad más humana gracias a la tecnología

El caso de la Universidad Complutense demuestra que no se trata de digitalizar por digitalizar, sino de humanizar la enseñanza digital. Con Wooclap, la UCM ha logrado poner el foco en lo que realmente importa: el estudiante, su voz, su ritmo.

Para cualquier institución que busque transformar su forma de enseñar y aprender, la historia de David Carabantes es una invitación clara: